Leslie Plaza emprendedora loina: busca retomar la ruta del reciclaje y retirar 5 toneladas de residuos mensuales del vertedero
“Yo creo que ser mujer no es ningún impedimento, el plus es ahora ser una mujer. Siempre buscamos la vuelta donde poder encontrar la vía de seguir avanzando, no aceptamos un no como barrera”
Además de su belleza, la Provincia El Loa se caracteriza por poseer inigualables riquezas, y una variedad increíble de ecosistemas que rodean a la ciudad de Calama. Con el foco puesto en la protección de este privilegiado ambiente, y sumando a esos atributos el potente valor humano, surge Redimir, impulsado por la fuerza de una mujer perseverante. Una historia que conoceremos gracias al proyecto “Lideresas Protagonistas del Cambio para la Provincia de El Loa”, donde periodistas de la zona levantarán 6 historias de mujeres destacadas en diferentes ámbitos de nuestra sociedad; Reportajes que son posibles gracias al financiamiento del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile y del Consejo Regional.
Se trata de Leslie Plaza, que a sus 31 años ya ha conseguido desarrollar un área que no existía en la comuna y, no conforme con ello, se ha propuesto potenciarla y escalarla. “Hace 5 años con Cristian, quien es mi pareja y socio también, comenzamos esta aventura queriendo incentivar el reciclaje en Calama”, explica la mujer, dando cuenta de una iniciativa que partió con el apoyo de Juntas de Vecinos, JJVV, que recibían la infraestructura necesaria para segregar residuos, que luego eran recolectados por su empresa en lo que denominaron “La Ruta del Reciclaje”.
“Todos quieren un mundo más limpio, sin basura, pero necesitamos las capacidades para abordar esa problemática y poder impulsar este sentimiento que tenemos todos de cuidar el planeta. Nosotros lo vivimos en carne propia en las calles, las personas se integran, pero obviamente hay un desincentivo si es que yo tengo que ir al mall, quizás en ciertos horarios para llevar mis residuos, o a lo mejor no tengo un vehículo donde llegar, entonces por eso el reciclaje debe ser in situ, debe haber sistemas de segregación en las comunidades. A eso aspiro yo”, manifiesta convencida.
En un comienzo partieron con 15 JJVV, con quienes fueron interiorizando esta dinámica de manera gradual, llegando a recuperar hasta cinco toneladas mensuales de desechos. No obstante, por carecer de viabilidad económica y recursos para escalarlo, a los tres años tuvieron que detener el proyecto; un momento que, si bien fue complejo, no pudo con las ganas de Leslie por perfeccionarlo. “Hoy en día tenemos postulaciones en CORFO, que van enfocadas a estos sistemas de recuperación ya con un modelo de negocio establecido, que piensan que de aquí a un tiempo pueden llegar a ser escalables también”, indica.
La fuerza con que Leslie ha impulsado este proyecto y se ha enfrentado a cada nuevo desafío, es sorprendente. “Como mujeres tenemos muchas actividades que hacer. Soy madre de 3 hijas, que no es menor, y no puedo dejar de lado, además jefa de hogar y emprendedora, entonces sí quizás tener la carga de tantas cosas puede ser un impedimento, pero por otro lado no, yo creo que he tenido muy buena aceptación, además desde que comencé en este camino mi incentivo ha sido capacitarme, ir mejorando, perfeccionándome cada vez más, avanzando en el tiempo y poder tener el nivel de profesional que necesita mi empresa para seguir adelante”, relata dando cuenta de lo importante que es la formación para seguir en esa senda. “Requiere de mucho estudio, de muchas alianzas también, de generar contactos, de estar en constante movimiento y buscando oportunidades”, agrega.
La pandemia fue un camino oscuro
Como toda iniciativa en desarrollo durante los últimos años, los proyectos de Leslie se vieron afectados por la pandemia. Sin embargo, su resiliencia le permitió reinventarse y salir fortalecida con nuevas ideas, y con la esperanza de retomar pronto aquello que quedó en pausa. “Íbamos camino a concretar algunas alianzas, y llegó la pandemia. Además, nos pidieron que nos retiráramos del lugar donde estábamos trabajando, entonces volver a instalar todo se nos hacía en ese momento imposible. Ahí tomamos la triste decisión – nos costó demasiado, fue bien frustrante – de dejar en stand by lo que estábamos haciendo con los vecinos. Ellos lo entendieron muy bien, porque sabían que lo hacíamos muy de corazón para que ellos tuvieran alguna oportunidad de segregar sus residuos y aportar al medio ambiente. Pero luego también, pensándolo todo muy positivo, fue como un renacer del Ave Fénix (ríe) por así decirlo, porque nos hizo repensar, estudiar aún más y también poder alcanzar lo que es hoy Redimir”, sostiene.
El resultado de aquello son fondos CORFO y Sercotec adjudicados, sumado a su participación en distintos programas de incubación. “Eso nos ha permitido tener un suelo firme donde estar parados y ofrecer servicios con las diferentes empresas que trabajamos, establecer proyectos y generar nuevas alianzas. Entonces todo este camino que recorrimos hoy resulta en un mejor pasar, o en un mejor futuro para Redimir, algo más planificado”, declara.
En concreto, se encuentran terminando la ejecución de un proyecto CORFO de Economía Circular, donde pudieron invertir en nuevas maquinarias para el procesamiento de residuos. Con esto podrán contar con una línea de picado y fardado; lo que sumado al Capital Semilla adjudicado el año pasado, les permitirá fortalecer una nueva línea que están trabajando: Diversus. “Es una línea de productos de hormigón prefabricado, donde nosotros queremos dar disposición final o tratamiento del vidrio, ya que es un desecho que hoy es muy poco valorado, entonces quisimos nosotros darle una vuelta local y poder transformarlo en algún árido reciclado para incluirlo en los prefabricados de hormigón. Ya hemos hecho prototipos de adoquines, de bancas, de losetas, y además vamos a comenzar a prototipar panderetas. Vamos camino a potenciar la Economía Circular y hacer crecer esta red, instalando capacidades de reciclaje en Calama y la región”, explica.
No aceptamos un no como barrera
La claridad con que esta líder de El Loa se expresa, es sin duda inspiradora para muchas mujeres. Consciente de ello, es que comparte su experiencia, reconociendo que al comienzo fue complejo, pero que hoy ve su género como un plus. “En un inicio quizás no te toman el mismo peso como si tuvieran un ejecutivo hombre, que presente una propuesta. Pero también esto ha sido un desafío para demostrar las capacidades que se han instalado dentro de mí como ejecutiva de Redimir, y también para motivarme a ser cada vez una mejor profesional, en cuanto a lo que es la gestión de residuos. Yo creo que ser mujer no es ningún impedimento, el plus es ahora ser una mujer. Siempre buscamos la vuelta donde poder encontrar la vía de seguir avanzando, no aceptamos un no como barrera”, indica.
Y con esa misma capacidad para seguir adelante, es que esta lideresa loína envía un mensaje a todas aquellas mujeres que deseen emprender, motivando la acción y el movimiento constante, para demostrar a muchas niñas y mujeres que se pueden abrir espacios para concretar sueños como el suyo, que tiene por fin máximo una mejor calidad de vida para toda la comunidad. “Nunca nada ha sido un impedimento para nosotros. Comenzamos con un vehículo pequeño, luego tuvimos un camión y así sucesivamente, hemos ido creciendo como empresa y nunca hemos dicho `nos falta esto´, si no que buscamos cómo tenerlo. Entonces un mensaje para todos los emprendedores de nuestra región es que sigan y que busquen las instancias, que existen muchas, que ingresen a los ecosistemas de emprendimiento, porque en el esfuerzo que uno pone cada día, ve los frutos en el futuro. Nosotros ya llevamos cinco años y la verdad es que estoy muy satisfecha con lo que hemos avanzado”, puntualiza.